Cuenta Groucho Marx en una de sus biografías que sus hermanos y él solían viajar en tren con billete infantil, a pesar de ser veinteañeros, ya que se pagaba la mitad.
Minnie, la madre, siempre decía que tenían 13 años, hasta que un día le llamarón la atención y un indignado revisor le replochó:
-¡Señora, uno de sus niños está fumando en el vagón restaurante y el otro, afeitándose en el baño de caballeros!
Minnie puso cara triste y replicó:
-¡Estos hijos míos crecen tan deprisa!
Jajaja. Si es que no crecemos a la mirada de una madre. Un abrazo, amigo.
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