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domingo, 31 de enero de 2016

ENRIQUE I DE CASTILLA. MUERTO DE UNA PEDRADA.


Hay en la historia de la humanidad muertes absurdas, pero cuando se atribuyen a un rey, suelen llegar hasta nuestros días. Este es el caso, del joven Rey Enrique I de Castilla (Valladolid, 14 de abril de 1204-Palencia, 6 de junio de 1217), fue rey de Castilla entre 1214 y 1217, año en que falleció como consecuencia de un accidente en la ciudad de Palencia. Fue hijo de Alfonso VIII y de su esposa, la reina Leonor de Plantagenet (nada más y nada menos). Le sucedió en el trono su hermana la reina Berenguela quien después renunció en su hijo, el futuro rey Fernando III.

Enrique falleció a los trece años de edad de modo accidental, y como consecuencia de una herida recibida en el Palacio episcopal de Palencia mientras jugaba con otros niños. Los Anales Toledanos Primeros refieren del siguiente modo la muerte de Enrique I de Castilla, ocurrida el 6 de junio de 1217 cuando tenía trece años, un mes y veintitrés días de edad:

"El rey don Enric trevellaba con sus mozos e firiolo un mozo con una piedra en la cabeza non por su grado e murió ende VI días de junio en día de martes era MCCLV".

Después de su defunción, el cadáver del rey Enrique fue conducido por el conde Álvaro Núñez de Lara al municipio de Tariego de Cerrato, situado entre las ciudades de Burgos y Dueñas, a fin de ocultar su muerte. Su hermana Berenguela, que le sucedió en el trono castellano, sin embargo se apoderó de la ciudad de Dueñas y envió a los obispos de Palencia y de Burgos a hacerse cargo de los restos mortales del difunto rey y posteriormente los acompañó hasta el Monasterio de de las Huelgas de Burgos donde recibieron sepultura.

Fuente: (Muyhistoria y Wikipedia).

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