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viernes, 24 de junio de 2016

LA VIDA CÓMO UN AUTOBÚS.

Leí una vez—creo que Facebook — que la vida era como un autobús, en el que uno va haciendo su recorrido particular que es la vida. En él se van subiendo gentes, que bajan y suben a medida que avanza el recorrido. Amigos y no amigos, unos que dejan y aportan y otros que no lo hacen. Pues bien, me bajo de ese autobús, tengo que comprar uno de esos británicos; de los que tienen dos pisos, porque la gente —mi gente — ya no cabe en mi autobús normal. Quiero que algunos tengan el sitio suficiente para no bajarse nunca, y así, que se queden para siempre en mi autobús particular, en mi vida.

2 comentarios:

  1. Pero si no tienes carné de autobús. Jajaja, me alegro mucho de que te compres ese autobús británico para que todos vayamos más cómodos. Ya sabes que a mí no me bajas ni con estropajo y lejía. Un abrazo.

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