Te veía,
y no te encontraba,
te miraba,
y me perdía,
junto a ti, sí,
pero tan lejos,
que te añoraba,
desde la cercanía,
ni me atreví,
a decir que,
yo allí estaba,
porque tan lejos,
y tan cerca,
nuestras almas,
se separaban,
y no por mi,
sino por ti,
mi bien amada.
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