Un hombre acudió al médico. Estaba con malestar general y últimamente no se encontraba demasiado bien.
—Buenos días doctor.
—Buenos días, dígame que le pasa.
—Últimamente no me encuentro demasiado bien, no duermo, me canso mucho y tengo el estómago regular.
—¿A qué se dedica usted?
—Soy viajante, represento varias marcas y viajo bastante.
—¿Fuma?
—Sí.
—¿Mantiene relaciones sexuales habitualmente?
—Sí, Lunes, Miércoles y Viernes.
—Bien, va a cuidarse un poco. Entiendo que come fuera muy a menudo, que fuma más de un paquete de cigarrillos al día.
—Más o menos, doctor.
—Vamos a bajar un poco el ritmo, a partir de ahora, comidas poco copiosas y sanas, y no más de cinco cigarrillos al día.
—Bien doctor, así lo haré.
—Y con respecto a la frecuencia sexual, habrá que quitar algún día, por ejemplo, el Miércoles.
—¡No joda, doctor, es el único día que lo hago con mi esposa!
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