No pudiste,
no aguantaste,
fue superior a ti
y fatal para mi.
Intenté no besarte,
pero te acercaste,
quería alejarte,
y en mí quedaste.
Ahora la culpa es tuya,
por quererme,
y mía, por dejarte,
de ti ya no hay quien huya,
por poseerme,
y amarte.
Te estás viniendo arriba... y eso me gusta. Un abrazo.
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