desalmado cabrón,
eres afásico,
y buscas la perdición.
De todos y de todo,
y por ende
incómodo,
pérfido ente.
A nadie agradas,
solo defraudas,
tus palabras cargadas,
perversas y raudas.
No te llames a error
ya a nadie engañas,
todos miran con terror,
tus puñeteras mañas.
Retira ese sagaz,
pensamiento nulo,
déjanos en paz,
y no des más por culo.